Por Juan Antonio Caldera Alaniz / Comandante del Departamento del Bomberos del Estado de Zacatecas
A lo largo de la historia, los asentamientos humanos se llevaron a cabo en las márgenes de los ríos, arroyos o muy cerca de cualquier tipo de corriente de agua, con el fin de satisfacer sus necesidades más elementales de ese líquido (para beber, preparar alimentos, aseo en general, etc.). En la revolución industrial y la explosión demográfica, la demanda de agua potable de buena calidad aumenta y al mismo tiempo las ciudades e industrias se ven en la necesidad de retornar sus aguas residuales a la fuente de suministro común de agua.
El agua es un recurso y al mismo tiempo un vehículo o receptáculo de desechos, sin embargo, no existe contradicción entre estas dos funciones, debido a que el líquido está dotado de un poder autopurificante, cuanto más mezclada está el agua se producen más bacterias capaces de eliminar la materia orgánica que se le adicione, pero este poder reductor no es infinito ni se ejerce sobre los residuos químicos característicos del siglo XX y la práctica de vertido de residuos es desastrosa, tan pronto se rebasan los límites de la autodepuración.
Hoy en día, la contaminación de los cuerpos es un problema que debe tomarse en cuenta, debido a que la calidad del agua está en función de su utilización ya se define por un determinado número de parámetros cualitativos y cuantitativos, se cuenta con volúmenes de agua suficientes para satisfacer las demandas de abastecimiento de todos los sectores, pero el creciente deterioro en la calidad del recurso hidráulico, debido a la contaminación por descargas de aguas residuales sin tratar, limita sus posibilidades e incrementa sustancialmente el riesgo de afectar la salud pública y el ambiente, tal es el caso de las epidemias gastrointestinales, ya que en las aguas contaminadas los microorganismos encuentran un medio propicio para su desarrollo. También se encuentran residuos peligrosos procedentes de las descargas industriales, plaguicidas y fertilizantes provenientes de las aguas de escurrimiento agrícola.
Los criterios que se deben seguir para el control de la contaminación de los cuerpos de agua para descargas residuales industriales, son por medio de normas oficiales, a las que estarán sujetas las descargas para verter sus aguas ya tratadas a los diferentes cuerpos acuáticos.
No ha sido suficiente dicha reglamentación ya que hasta la fecha los cuerpos acuáticos se siguen contaminando y la calidad del agua continúa decreciendo en forma acelerada, aumentando los riesgos a la salud, ya que en el agua se encuentran presentes sustancias tóxicas y gran cantidad de microorganismos patógenos.
Por consiguiente, es necesario realizar un estudio completo de impacto ambiental para conocer con precisión el grado de deterioro ambiental en los diferentes sistemas acuáticos y proponer algunas alternativas de soluciones viables, para esto y debido a lo complejo que suelen ser los problemas ambientales es necesario la formación de un grupo interdisciplinario.
Contaminación de cuerpos receptores por descargas industriales, residuales, hidrocarburos, detergentes y cloro, textil y rastros líquidos de transformadores, petróleo, descargas municipales; son varios sistemas acuáticos contaminados lo que implica riesgo a la salud y al equilibrio del ecosistema.
 ¿Es posible reducir el impacto económico y social de la contaminación de cuerpos acuáticos?