RUMOR VS INFORMACIӓN

Análisis Polí­tico

Por: Gabriel Contreras Velázquez

Para aquellos conocedores o analistas de los procesos de comunicación en Zacatecas, el tema de la “rumorologí­a” es un tópico central que permite entender los vasos de comunicación y las informaciones con que la clase polí­tica genera y resuelve controversias en el mismo seno de los medios informativos.

El dí­a 9 de agosto del presente año, la información que presentaran en NTR de Zacatecas en calidad de “rumor”, desató un enfrentamiento abierto entre el gobierno del Estado y aquél diario, por los datos que diera a conocer Martí­n Carcaño en su columna Plaza de Armas. El autor hace mención del supuesto lugar que ocupan en el entramado polí­tico estatal Simón Pedro de León y Juan Alonso Reyes, para el mandatario zacatecano.

Dicha información -no respaldada por el periodista más que por la misma lógica del “dicen”- es lo que provocó una reacción (según relatan cómo se fue desenvolviendo aquella confrontación) poco conocida en Miguel Alonso Reyes, quien a partir de ese momento mostró a sus adversarios polí­ticos (dentro y fuera del gobierno, dentro y fuera de su partido, y en los demás grupos de oposición) uno de sus puntos endebles.

Esa supuestas amenazas hechas por el gobernador al dueño del diario, producto a su vez de una supuesta respuesta no calculada, ofrecida con la cabeza caliente, y dada a conocer también por el medio como infundado dato de unos supuestos mensajes de texto entre celulares, dio legitimidad al conflicto mismo y al error del gobernador (en caso de que así­ fuera), evidentemente desde los subterfugios del rumor.

Lo que tenemos en frente no es un fenómeno de mí­nima trascendencia. No es, nuevamente, el hecho mismo del conflicto entre un gobernante y un medio de comunicación por meterse en su vida y mostrarla al público. Lo que vimos en este episodio, que a su vez reproduce lo que con anterioridad ha sucedido en conflictos de otras administraciones vs periodistas y dueños de medios (terminando éstos últimos por ser amenazados o eliminados de la nómina oficial de convenios por publicidad), es la tradición con que se han construido los procesos de comunicación en la sociedad zacatecana.

El rumor parte de los susurros que se reproducen en el vox populi (o pasillos polí­ticos y otros tantos sinónimos), sin construir con ello información consistente, y a su vez sin negar que lo que se diga sea mentira. Es por ello que la sociedad zacatecana en vez de construir un diálogo prefiere ofuscar sus verdaderas –y peliagudas- opiniones, y se enfrasca en una dinámica de acusaciones a tono personal, a partir de “lo que la gente dice” y el columnista retrata en su espacio.

Los intentos por generar un periodismo crí­tico e investigativo han sido menguados por la misma preferencia del público por la información que apunta al “¿será cierto?” o el “por ahí­ dicen”. En este caso no se trata de culpar al periodista o columnista que reproduce “lo que la gente dice” en su espacio informativo, sino de ver que el cliente da mayor peso y trascendencia al rumor, siendo este el punto de venta más valioso para un medio informativo en nuestro estado.

Insisto, el tema no es una charla informal ni mucho menos una apreciación de sobremesa. Todo lo contrario. Para entender la red de comunicación que se extiende entre la sociedad zacatecana y su gobierno, hay que partir de la premisa expuesta anteriormente: el rumor es un punto importante de contacto entre la sociedad y/o los grupos polí­ticos.

Con ello se excluye, de manera inmediata, las prácticas que buscan la construcción del diálogo y el debate a nivel institucional, y construyen pleitos polí­ticos con trasfondo personal.  El periodismo serio, es perogrullada mencionar, pierde toda oportunidad de crecer en nuestra sociedad.

Es por ello que “lo que se dice” se convierte en el punto central y el éxito mismo con que los medios informativos han apostado por invertir en columnas del bisbiseo como el producto más atractivo y de obligada lectura diaria en los medios informativos.

A su vez, es previsible en la clase polí­tica la comunicación en dos ví­as: la institucional (poco apreciada y enajenada) y la informal. De ahí­ que las instituciones en nuestro estado sean un producto embrionario, más que un desarrollo polí­tico y social, las cuales pueden ser ampliamente cuestionadas no por el papel que fungen en la división de poderes sino por los personajes que se encuentran a la cabeza de esa función pública.

De acuerdo a estos procesos de comunicación recargados en el rumor, es previsible que a la opinión pública le interese más evaluar al individuo que a la institución. Con ello podrí­amos entender la supuesta objeción que darí­a el gobernador a NTR. La premura con que la información lo puso en la mira como “intolerante” fue suficiente para vender el rumor. Miguel Alonso quiso contestar a nivel formal pero ya era tarde, pues en la parte informal en su imagen cicatrizó aquél runrún… A unos dí­as del segundo informe, es importante analizar cómo los mensajes institucionales e informales se cruzan.

A toda acción… Múltiples reacciones.

En ediciones anteriores, el palenque de la FENAZA era un espacio donde los medios de comunicación podí­an dar cobertura a los múltiples eventos de interés popular. Para esta ocasión, hemos recibido la noticia de que sólo dos televisoras nacionales tendrán el permiso exclusivo para llevar reportajes a las personas interesadas. En muchos medios nos preguntamos: ¿tiene que ser tan evidente la relación de interés entre el patronato de la Feria con sus patrocinadores y colaboradores?

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