Zacatecas, Zac.- La presencia y trascendencia de las mujeres en la historia, a través de avatares, logros y reconocimientos, continúa siendo parte de episodios sociales, literarios y, también, dentro de lo que a diario se vive, en lo que se cuenta y en lo que se vislumbra como un devenir repleto de constancia y luchas.
Bajo este esquema, Â la narradora María Fernanda Gutiérrez desarrolló su intervención, que forma parte del programa general del Festival Internacional de Teatro de Calle, que celebra por octava ocasión el Instituto zacatecano de Cultura âRamón López Velardeâ.
Así, con el prólogo de âEn la recisión argentina, ocho millones fueron asesinados, la mayoría eran mujeresâ, se presentó la cuenta cuentos que, ataviada con una vestimenta tradicional andina, y ante un nutrido público zacatecano y visitante, narró pasajes mitológicos, leyendísticos y propios bajo la puesta en escena âHay mujeres⦠¡Ayyy, mujeres!
En el anecdotario presentado por la narradora, en el que remembró a su familia, mencionó que el gusto por contar cuentos no se debe a las mujeres de las que desciende, sino a su tío Julio, un marinero que desde los 16 años comenzó a viajar en barco, contándole historias desde que ella era muy pequeña y del que adquirió el gusto y pasión por llevar historias a los oídos de casi todo el mundo, mismo que fue recorrido por su tío.
De esta manera, Â fusionando su creencia infante sobre el amor, el papel de una mujer ante el hombre, las princesas atípicas y sus rituales de cortejo, las ideas que los hombre tienen sobre las mujeres, la narradora gaucha contó historias como âRemedios la Bellaâ, âLa caja de Pandoraâ y âLa llegada de las mujeres a la tierraâ siendo escuchadas por un público cautivado y conmovido tanto por su voz como por su destreza narrativa.
María Fernanda Gutiérrez, sin asumir posturas específicas a favor del feminismo y otras luchas, embelesó a sus oyentes con historias que no concluyeron con una moraleja sino que los transportó a la reflexión sobre el papel de las princesas desde lo no convencional: una que jugaba fútbol y que veía revistas de los tatuajes que se haría, que ningún hombre o príncipe la quería desposar por su comportamiento no apegado a lo que las demás nobles mujeres hacían y creían.
En voz de la narradora, dicha princesa, a causa del abatimiento de sus padres porque su hija era âdiferenteâ, es orientada por su nodriza a que observe a lo lejos, encontrándose con un sapo quien jura ser un príncipe y llevarla a su castillo, a que se casen, procreen 20 hijos y sean felices. La princesa y la nodriza preparan un festín: una sopa de sapoâ¦
âHay mujeres que cuentan cuentos y otras que cuidan niñosâ, mencionó María Fernanda Gutiérrez al remembrar su recorrido de historias y oralidad en la que se ha encontrado con varias colegas y compañeras, cuestionándose el origen de lo femenino respecto al amor y concluyendo con historias que les ha permitido saber que âla mayoría de las mujeres se enamoran de distintas maneras, que son sabias y que los hombre las aman a sus modosâ.
La narradora argentina, con emoción de haber compartido lo que compuso a partir de varias historias, concluyó su presentación con un discreto pero conmovedor baile andino, puntualizando que âlas mujeres en Argentina festejan con una danza el hecho de ser mujer, en el encuentro de dos almas que no dejan de sonreírseâ, recibiendo los reconocimientos del público asistente que disfrutó de ese breve pero sustancioso breviario sobre los distintos modos de ser mujer.