¿QUí‰ SE JUEGA EN LA REFORMA ELECTORAL ZACATECANA?

Análisis Polí­tico

Por: Gabriel Contreras Velázquez

Zacatecas, Zac.-Para hablar de la reforma electoral en Zacatecas es importante conocer las condiciones que rodean su ingreso a la Constitución Polí­tica del Estado de Zacatecas, así­ como su reglamentación posterior en la Ley Electoral del Estado de Zacatecas, donde se definirán aspectos particulares de su aplicación para el próximo proceso electoral.

En el primer ejercicio ordinario de la Legislatura zacatecana la reforma electoral no tení­a una prioridad como la que adquirió en los meses de agosto y septiembre de este año. Esto se explica fácilmente debido a la coyuntura de la reforma polí­tica que se dio a nivel nacional, misma que se discutió en los congresos federales con calidad de “preferente”. El hecho de que la reforma polí­tica entrara en esta fase privilegiada para su discusión y aprobación fue propiciado por los consensos generados como parte del cambio de gobierno entre el sexenio de Calderón y la nueva administración con Peña Nieto.

El empuje que tuvo en la discusión a nivel federal fue lo que provocó que en los estados con próximos procesos electorales, como Zacatecas, comenzaran a pensar en su aplicación a nivel local, con los consensos necesarios en cada uno de los rubros que la misma reforma propone. El más importante de ellos, en nuestro estado (al igual que en todo el paí­s), fue el que pertenece a las candidaturas independientes o candidaturas ciudadanas.

Es entonces que, una vez que se reforma la ley federal, algunos sectores de la sociedad civil en Zacatecas –algunos de ellos incluso identificados con este medio de comunicación- comenzaron a presionar a los legisladores para que abrieran el tema de la reforma polí­tico electoral, y tomaran las posturas correspondientes en torno a la misma.

Uno de esos movimientos de la sociedad civil se conoció como “Derechos Polí­ticos Ya”, y fue encabezado por el ex consejero presidente del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, Francisco Valerio Quintero; al mismo tiempo que se identificaba con grupos organizados de izquierda en espacios como el estudiantil, el académico, el femenino y algunos ex funcionarios públicos. Lo que este grupo logró en la coyuntura fue mantener en la agenda pública el tema de las reformas polí­tico electorales, en medio de un panorama incierto donde ninguna de las bancadas definí­a con claridad y/o de manera concreta, qué criterios valorarí­a para votar a favor o en contra de los contenidos expuestos en el documento de reforma estatal.

Fue de esta manera como las bancadas comenzaban a asomar el tema, con las reservas prudentes antes de su discusión y votación en el pleno. Los primeros en aparecer en escena fueron el PRI y el PRD estatal. Por parte del tricolor, las candidaturas ciudadanas representaban una preocupación en el modelo de financiamiento y fiscalización. Argumentaban que la mano del “narco” podí­a mover intereses fácilmente y de esta manera incidir en la postulación de candidatos a puestos de elección popular. Nunca dieron datos claros de una investigación acerca de la probabilidad de que dicho fenómeno pudiera poner en riesgo la garantí­a de representación ciudadana. Sin embargo olvidaban –o lo vieron como una amenaza de posibles rupturas internas- que las candidaturas independientes generaban un espacio privilegiado para la postulación de candidatos cercanos al gobernador Alonso Reyes, mismos que estatutariamente se verí­an imposibilitados para participar en la contienda electoral.

En cuanto al PRD, el reclamo inmediato fue por evitar el recorte de espacios plurinominales, ya que, al dí­a de hoy, son los únicos que le pueden garantizar representación al interior de la próxima legislatura zacatecana si tomamos en cuenta que su estructura se encuentra debilitada y fragmentada. Muestra de ello fue la lamentable declaración de su lí­der Gerardo Espinosa, donde invitaba a los ediles identificados con su partido a “alinearse” a las decisiones de dicho organismo polí­tico. Al mismo tiempo, el sol azteca local pidió una revisión a la metodologí­a para la aprobación de encuestas, debido a la experiencia sufrida en el proceso electoral federal donde la guerra mediática la fueron perdiendo con estos instrumentos de medición.

Más tarde, a dí­as de comenzar la discusión de la reforma electoral es que el PAN se posiciona públicamente con la revisión y cesación de las coaliciones de partidos, y una supuesta renovación integral de la Ley Electoral, que impactarí­a directamente en el fortalecimiento del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, dotándolo de mayores facultades y proponiéndolo como Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, como sucede en otros estados de la república donde dicha autoridad electoral es quien organiza los ejercicios de referéndum, consulta popular y plebiscito.

Dí­as más tarde –la madrugada del 5 de octubre- fue votada y aprobada la reforma electoral reconociendo escasa y ambiguamente las candidaturas ciudadanas. Las condiciones polí­ticas actuales para este ejercicio las revisaré en mi próxima entrega.

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