Análisis Político
Por: Gabriel Contreras Velázquez
Zacatecas comienza el año con saldo negativo en materia de seguridad. Lo que sucedió a media semana en el municipio de Fresnillo y la zona colindante con Sombrerete, refleja, según palabras del procurador Arturo Nahle, un trabajo de inteligencia por parte del Ejército Mexicano para reducir el nivel de tensión por el conflicto entre los cárteles del Golfo y Sinaloa, en contra de la banda delictiva de los Zetas, de acuerdo a la versión de los hechos en los diarios nacionales.
En términos del procurador Nahle García, se tienen identificados grupos delictivos âdesde hace varias semanasâ que se habían instalado en los municipios más cercanos al estado vecino de Durango: Río Grande, Miguel Auza y Sombrerete.
El funcionario no dejó pasar la ocasión para amortiguar el golpe mediático al gobernador Alonso Reyes, retomando el tema del arribo del cártel de los Zetas entre 2006 y 2007, cuando la gobernadora Amalia García ejercía la mitad de su sexenio. De esa información Nahle García sólo ha hablado cuando los hechos impactan a nivel nacional en las notas periodísticas.
En los primeros dos años de gobierno de Alonso Reyes, se han dado disputas mediáticas entre el mandatario y los ex gobernadores Ricardo Monreal y Amalia García en no pocas ocasiones. Lo que se juegan es el traslado de costos políticos en tanto la penetración de los grupos delictivos al estado.
Dicha táctica de deslinde de responsabilidades, la cual por un lado construyen Nahle y Alonso Reyes en contra de los ex mandatarios, ha mantenido a flote el impacto mediático, debido a los oficios políticos del procurador (secretario general de gobierno en tiempos de Monreal). íl conoce de primera mano el golpe informativo que resulta de un hecho trascendente como lo fue el de Fresnillo hace unos días.
En los diarios nacionales también se manifiesta que Zacatecas se ha distinguido por mostrar el recrudecimiento de la violencia en los últimos meses, a comparación de Guerrero, Tamaulipas y Veracruz (éstos últimos dos asientos originales de los Zetas) donde los niveles de homicidios dolosos descendió de manera importante.
Recordemos que la figura del gobernador Alonso Reyes ha sido fuertemente criticada por dos temas centrales: el manejo de los recursos públicos âel último de los impactos fue un reciclaje informativo por parte de Tv Azteca en horario estelar, unos días antes de la toma de protesta del presidente Peña Nieto- y los niveles de violencia por los enfrentamientos entre las instituciones de seguridad y los grupos delictivos, o entre las mismas bandas del crimen organizado. Es por ello que la reacción política de Nahle García buscaba girar la atención al deslinde de responsabilidades.
A esto hay que sumar el nombramiento, el 20 de Diciembre pasado, del nuevo comandante de la décima primera zona militar en Zacatecas, Antelmo Rojas Yáñez, en sustitución de Bernardo Pineda Solís. El comunicado que extendería la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), a través de la décimo primera zona militar, da a conocer que por órdenes del Presidente de la República se da la toma de protesta de Antelmo Rojas.
La información asoma un nuevo mapa institucional en materia de seguridad, el cual obedece al cambio administrativo a nivel federal, quedando como cabeza de la SEDENA el general Salvador Cienfuegos Zepeda.
El perfil del nuevo secretario de Defensa llama la atención por su participación como comandante en zonas militares de: el Distrito Federal, el Estado de México (donde se presume, según Tv Azteca, logró âestrechar lazos de amistadâ con el ahora presidente Peña Nieto), Guerrero, Chiapas y Jalisco.
Esas son las condiciones políticas que rodean los hechos del 2 de Enero en el municipio de Fresnillo. Cabe señalar que la mayor parte de la información se dio a conocer de manera inmediata por parte de la SEDENA y la Marina Armada de México en comunicados a los principales diarios del país. La lógica parece apuntar a la comunicación institucional efectiva e inmediata en materia nacional de seguridad, pasando incluso por encima de las autoridades estatales.
El esquema que marca esta acción federal comienza a reflejar un contraste entre la percepción de las autoridades estatales de la relación con el presidente (esa que aun califican como de amistad) y los hechos concretos. Los costos políticos los absorbe el estado, mientras que los logros van directamente al nicho comunicativo en el nivel federal.
El presidente Peña Nieto apunta a la entrega de resultados (y su lógica de compromisos) a la ciudadanía, fortaleciendo el ritmo de trabajo del gabinete federal. Con ello, la relación con los gobernadores, aunque cercana, no será de puertas abiertas a las peticiones y prebendas.
El nuevo Ejecutivo Nacional sabe el poder que han acumulado los mandatarios estatales no juega a su favor, y en consecuencia actúa desde su poder como Estado. Un indicador claro de esto fue la declaración de Luis Videgaray el cual apunta claramente a vigilar de cerca las finanzas municipales, las cuales no serán rescatadas del endeudamiento que arrastran; lo cual es una tendencia creciente.