¿SE COMUNICA, SE INFORMA O SE PUBLICITA?

Agenda Política

Por: Gabriel Contreras Velázquez

Zacatecas, Zac.-¿Hasta qué punto la publicidad gubernamental busca satisfacer fines informativos, y en qué momento se diferencia de una estrategia mediática de posicionamiento en la opinión pública? La interrogante es  difícil de esquivar en el momento en que uno revisa cuidadosa y cotidianamente, los diarios de circulación local, y los noticieros de la radio y la televisión.

La actividad periodística analizada como una actividad económica, liga íntimamente los intereses públicos con los privados, por lo que la objetividad se encuentra limitada por la oferta y la demanda de cada espacio informativo. Es por ello que, practicar un ejercicio periodístico libre y autónomo, solo es posible siempre y cuando las condiciones económicas de la editorial lo permitan (o sea, los intereses que se protejan en dicho medio informativo).

En Zacatecas, para ninguno de quienes conocemos los espacios informativos, y especialmente para quienes ahí trabajan, resulta una sorpresa que la vasta densidad de datos provenga de las áreas de comunicación social de las instituciones públicas. El mercado local no cede amplio margen al ejercicio periodístico profundo y crítico, ya que la mayoría de los recursos con que sobreviven los medios provienen de la administración pública -espacio donde también se concentran los intereses de la clase política.

Sin embargo, existen indicadores que nos permiten conocer la capacidad de gestión informativa de los servidores públicos, y de distribución de recursos a los espacios informativos, para la cobertura de las actividades de un funcionario o un grupo de estos.

El caso paradigmático, en esta segunda mitad del sexenio de Alonso Reyes, tiene nombre y apellidos: Carlos Peña Badillo. Desde que tomó posesión como presidente municipal, al día de hoy, es difícil atestiguar un día en donde su imagen no aparezca en tres o cuatro periódicos de mayor circulación local, más algunos programas de radio (específicamente “Sin pelos en la lengua”), donde todos los días se comentan, palabra por palabra y “sin quitarle una pinche coma”, los comunicados que provienen de comunicación social municipal.

El segundo elemento de mayor relevancia con respecto a este funcionario público, se identifica en la cantidad de comunicaciones que emite gobierno del estado, donde aparece junto al gobernador de la entidad. Y el tercer componente es verificable cuando no sólo aparece junto al mandatario estatal, sino de la mano de funcionarios federales, como lo fue el caso de la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, y la de Turismo, Claudia Ruiz.

El fenómeno a debatir se puede pervertir en el momento en que los servidores públicos justifiquen que la gestión de su imagen en los diferentes medios, es válida en el momento en que forma parte de la rendición de cuentas que la sociedad exige. La perversión manifiesta, prevalece en la definición que los funcionarios dan a la “rendición de cuentas” como un espacio donde exponerse masivamente.  Nuevamente, a ninguno quienes tenemos relación directa con medios, nos queda duda que se confunde (tácticamente) “publicidad”, con la obligación de “rendir cuentas” y “comunicar”.

Si tomamos una perspectiva comparativa de la gestión del ex alcalde, Arnoldo Rodríguez, la capital del estado hoy en día promueve una imagen dinámica y de compromiso con la ciudadanía, en una dimensión donde esta idea ha logrado opacar incluso la necesidad de requerir diversos empréstitos para poder gobernar. Y la civilidad con que se evita un conflicto entre la actual y la anterior administración, evidentemente es necesario revisarla desde la dimensión política y electoral.

Otro de los paradigmas presentes, es el del alcalde Benjamín Medrano. El municipio que gobierna es el más poblado, el más conflictivo en materia de seguridad, y el más políticamente activo. Y la imagen que ostenta el presidente municipal no refleja ninguno de esos tres factores implícitos.

A diferencia del petista Juan García Páez, Benjamín Medrano no ha sufrido a piel abierta los negativos de su gestión. Muy por el contrario, Fresnillo ha salido fortalecido con la visita del presidente Peña Nieto, la secretaria Rosario Robles, y el regreso de la Marina a las funciones de seguridad. El trabajo pre electoral (aunque el IFE no tuviera capacidad, ni quisiera verlo así) que se realiza desde los medios, bien vale la pregunta: ¿publicidad o comunicación?

Aun así, Fresnillo ya ha dejado de ser tema de portada de los diarios impresos y electrónicos, a la llegada de Benjamín Medrano. Había sugerido en otras entregas que la estrategia obedece a la necesidad del PRI de retener el municipio, y me sostengo aun en esa premisa.

La inercia de la tarea de gobierno ha hecho una costumbre (y una necesidad electoral) acaparar la imagen del funcionario, con la de la institución. Y una base de datos donde se mida este tipo de indicadores, es un lujo que los analistas y periodistas zacatecanos aun no se han dado.

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