VULNERABLE LA SOCIEDAD ANTE INSTITUCIONES PASIVAS: HERNíNDEZ VíZQUEZ

El desafí­o de la delincuencia a las instituciones en el estado es mayúsculo, ya que al haber actuado en pleno centro histórico de la ciudad y a una hora de actividades de mayor afluencia en ese sector, muestran las condiciones de vulnerabilidad en la que nos encontramos.

Señaló lo anterior el presidente de la Comisión de Régimen Interno y Concertación Polí­tica (CRICP) íngel Gerardo Hernández Vázquez, luego del secuestro y ejecución de Fortino Cortés y Gilberto Pérez, ambos dirigentes de la Unión Ganadera Regional de Zacatecas. Afirmó además que existen limitados alcances de un trabajo serio de inteligencia y conciencias de estrategias de reacción inmediata.

El diputado del PAN agregó que la sociedad civil nos está dando muestras de organización, de consistencia en sus reclamos, de exigencia de acción y resultados.

A este respecto, indicó que el presidente de la república, senadores y diputados, las organizaciones no gubernamentales, incluso organizaciones internacionales, no solamente han recibido a quienes incansablemente buscan a un familiar o que lo han encontrado asesinado, y a quienes señalan a los responsables de la indiferencia, de la corrupción y de la complicidad.

Agregó que también con ese dolor al que se suman por decenas todos los dí­as, denuncian a un paí­s que se ha convertido en campo de lucha donde se disputan territorios, mercados de consumo y espacios de poder y la pasividad de hacer y dejar pasar, de quienes debieran conformar la ley, proteger y salvaguardar la integridad, fí­sica y familiar de los zacatecanos.

“No podemos permanecer inermes ante este estado de excepción  que exige decisiones de excepción por encima de lamentaciones y pesadumbres. Es necesario que las instituciones respondan, actúen y resuelvan”, aseveró categórico el diputado de Acción Nacional, íngel Gerardo Hernández Vázquez.

Dijo que no es la simple acusación de incapacidad o de corrupción, ese señalamiento preciso de quien o quienes son los responsables, pero también del reconocimiento personal del no poder, del no querer o de no tener los medios al alcance para actuar de manera contundente.

Puntualizó finalmente que el combate a la delincuencia no es un tema o apelativo de un grupo parlamentario, de un emblema o color de partido, mucho menos de una discusión si es o no, una guerra, de  cada vida que se extingue, sino que por cada persona que desaparece y por cada familia que se desintegra, se quebranta el estado de derecho.

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