REFERENTE PERIODíSTICO…

¿Quién quiere ser policí­a?

Por Gerardo DE íVILA (*)

¿Quién quiere ser policí­a hoy dí­a en México? Andando en sus cabales es probable que pocos hombres y mujeres estén ávidos de enrolarse en las corporaciones. Y quienes sí­ buscan un lugar, lo hacen porque no tienen empleo, aunque no tienen el perfil y lo que es peor, reprueban los exámenes de confianza.

Represento a la generación, en donde de niños, lo menos que querí­amos ser de grandes era: bombero, soldado o policí­a. Lo decí­amos con enorme gusto a pesar de la inocencia. Para muchos era una especie de ilusión. Al menos fue mi caso.

En cambio, los niños de hoy, cuando mucho, aspiran algún dí­a ser bombero, por la valentí­a que éstos muestran en las pelí­culas y en la vida real, ya no soldados ni policí­as, por tanta violencia que existe.

El miedo y el temor alcanzaron ya a los niños y niñas. Es tema de conversación en ellos y en su sutil lenguaje ya juegan a los “Zetas” y a los “Chapos”. Zacatecas no escapa a la excepción. Ocurre. Créanos, de ese tamaño es el problema que hoy todos vivimos.

La anterior reflexión es motivada por la reciente reunión celebrada a inicios de semana en la ciudad de México entre el presidente Calderón y los gobernadores. Llovieron los reclamos y desacuerdos, pero los consensos nunca llegaron.

Un encuentro rí­spido

El encuentro entre el presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa con los mandatarios fue rí­spido, en especial con los priistas y perredistas, a propósito de la limpia policiaca prometida. La reunión literalmente acabó en un encontronazo ante lo que se calificó como falta de incumplimientos.

Los gobernadores reclamaron al ejecutivo Federal la falta de resultados, pero tampoco propusieron mucho. Sólo los panistas entraron en defensa de su “jefe polí­tico”, pero sin mucho éxito, pues defender lo indefendible no es nada sencillo.

Es del dominio público que las policí­as de todos los niveles no aprueban los exámenes de confianza. Peor aún, están infiltrados en el otro bando, es decir, con los malos. Desde luego hay honrosas excepciones, pero que lamentablemente son los menos. Las estadí­sticas así­ lo indican.

Pero retomemos la pregunta inicial ¿Quién quiere ser policí­a hoy dí­a en México? Para ser francos muy pocos, y quienes buscan la oportunidad no logran pasar los controles de confianza. Años atrás, era una forma de emplearse, hoy no se ve así­.

Los datos duros

El siguiente dato ubica perfectamente lo que tratamos de abordar de manera somera en esta entrega: de 458 mil 816 policí­as que hay en el paí­s, apenas 35 mil de ellos, aprobaron los controles de confianza. Es decir, menos del 10% son policí­as honestos y dignos de fiar.

Estamos frente a una realidad innegable: la estrategia utilizada hasta hoy por el gobierno federal del PAN no ha sido la adecuada. Los propios estudiosos del tema han puesto en duda los resultados que han dado el Ejército y la propia Marina.

Desde luego y en descargo de la administración azul, no se trata de desestimar los “golpes” que ha asestado el presidente Calderón al crimen organizado que, frente a los más de 50 mil caí­dos y una policí­a mermada y corrompida por los “malos”, lo que permea ante la opinión pública es que la guerra del presidente se ha estado perdiendo conforma avanza el tiempo.

Decí­amos lí­neas arriba que el encuentro entre el Ejecutivo Federal con los gobernadores terminó en una serie de reclamos, en donde Calderón Hinojosa también tuvo su oportunidad de recriminarles a los gobernadores su poco actuar en sus respectivas entidades.

Palabras más palabras menos, pero Felipe Calderón reviró lo siguiente: “piden operativos en sus estados, y luego que se hacen, nos critican”. Y fue justamente en esta parte de la discusión lo que provocó que más de dos gobernadores del PRI se molestaran ante lo que llamaron falta de resultados del gobierno que encabeza el presidente del PAN.

Los gobernadores del PRI que robaron cámara por sus airados reclamos fueron: César Duarte, de Chihuahua, Fernando Toranzo, de San Luis Potosí­, Mario Anguiano, de Colima y Carlos Lozano, de Aguascalientes. Del PRD hicieron lo propio, íngel Aguirre, de Guerrero y Marcelo Ebrard, del Distrito Federal.

Lo único claro hasta el momento, es que los resultados prometidos por Felipe Calderón  se ven lejanos que se cumplan. En términos de tiempo, le queda un año para que entregue la banda presidencial y no se ve por dónde la inseguridad en México termine. Todos los dí­as hay muertos que contrastan contra la buena voluntad del gobierno Federal por acabar con tanta violencia.

Las ocurrencias panistas

Si un partido se ha caracterizado por tener personajes ocurrentes, ese ha sido el PAN. Para ejemplo: ahí­ está un Vicente Fox, un Emilio González y por supuesto, un Ernesto Cordero y ahora surge uno nuevo: el colega y ahora diputado federal Luis Enrique Mercado Sánchez.

Hace unos dí­as, el periodista y legislador federal declaró en su medio de comunicación, -no podrí­a ser de otra manera-, lo siguiente. “Será mucho mejor el futuro si gana el PAN”. ¿A caso se referí­a Luis Enrique al futuro de él?, por aquello que quiere ser Senador.

A lo que pretendemos llegar en este apartado, es que, aquel polí­tico, candidato o partido que quiera vender la idea de que con ellos el futuro de México está asegurado, miente, se llame como se llame y sea del color que sea.

Dicho de otra manera, en el supuesto de que Enrique Peña, Josefina Vázquez o Andrés Manuel López Obrador, sean los candidatos o cualquier otro escenario, es irresponsable andar prometiendo cosas inalcanzables.

El futuro de México está en su gente, no es sus polí­ticos, el futuro de México está en la educación no en las demagógicas promesas, el futuro de México está en sus jóvenes no en la clase polí­tica caduca, el futuro de México está en la investigación no en los partidos polí­ticos como lo asegura Mercado Sánchez.

Reflexionemos, lo que está en juego en el 2012, es más que la inseguridad, lo que está en juego es un México más justo, próspero, democrático y ahora más seguro, lo que está en juego es la nación y la recuperación de las instituciones perdidas.

Para el anecdotario:

1) El polémico presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional Humberto Moreira, difí­cilmente tendrá foros para explicar el por qué dejó endeudados con más de 20 mil millones de pesos a su Estado. Y esta realidad, ha sido motivo para que la oposición, especialmente, el PAN y el PT, lo hayan demandado ya ante las instancias correspondientes. Si la “oposición” logra sustentar los dichos para que se investigue a Moreira pueden cimbrar las estructuras del partido, y lo mejor, la conciencia de las y los mexicanos, sino, ya poco se podrá a hacer y el retorno del “partidazo” a Los Pinos será inminente. Por lo pronto, ya es investigado por todos lados.

Moreira ha sabido ser un distractor a favor de Enrique Peña Nieto.

2) La nueva audiencia para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resuelva si la Ley de Responsabilidades para las y los Servidores Pública del Estado y Municipios de Zacatecas es o no inconstitucional está programa para el miércoles 9 de noviembre. Mientras eso ocurre, Amalia Garcí­a Medina teje fino para que su partido presione polí­ticamente y todo salga a su favor. Además, busca desesperadamente la candidatura al Senado o a una diputación federal para gozar del fuero constitucional que ahora no tiene y que la pone en un grado de vulnerabilidad. Ciertamente, la justicia no debe estar sujeta ni a plazos ni a presiones, pero hay cosas muy raras en la SCJN que contrastan con lo anterior. Intereses superiores a primer nivel presionan muy fuerte para proteger a quienes actuaron mal. Eso está más que claro.

Amalia ha objetado la forma y no el fondo de lo que se le acusa. ¿Por qué?

3) La anterior, fue la semana de reconocimientos por el Dí­a del Servidor Público. En su mayorí­a bien ganados. Bueno, hasta el ex director del ISSSTEZAC Ví­ctor Roberto Infante González fue galardonado. ¿Qué no era o es uno de los señalados en múltiples corruptelas de la administración pasada?

Ya no entendí­.

4) Esta semana, dos empresas encuestadoras, -que no son las de siempre-, se darán a la tarea de preguntarle a un sector del paí­s, quién debe ser el candidato de las izquierdas. ¿AMLO o Marcelo Ebrard?, no hay más.

¿Quién pierda respetará el resultado?, esa la gran duda.

En mi opinión.

(*) Periodista.

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