Cogobierno de facto

Agenda Política

Gabriel Contreras Velázquez

Cierra el periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, con una serie de tensiones que -según la información que corría antes de terminar esta editorial- no garantizaban conllevar la votación y aprobación de las leyes secundarias correspondientes a la reforma político electoral, la de telecomunicaciones y la energética.

De las últimas dos era previsible que el tiempo de la legislatura federal limitaría la presentación de los dictámenes correspondientes; sin embargo, los partidos del extinto Pacto por México aun albergaban esperanzas de poder trabajar sobre un documento elaborado por el PRI y el gobierno federal (con el sello del asesor jurídico de Los Pinos, Felipe Solís Acero) para concluir con la reforma política antes de este miércoles 30 de abril.

La jugarreta del senador panista Javier Lozano, a principios de la semana pasada, durante la presentación de una especie de proyecto de leyes secundarias sobre telecomunicaciones -elaborado de la mano del gobierno federal- en la reunión de la Comisión que rige esta materia detonó el desgaste del clima donde habrían de aterrizar las negociaciones de la agenda electoral.

Fue tal la inestabilidad de su movimiento, que podría decirse que es el epicentro de la nueva inconformidad ciudadana, quienes lograron una cohesión inmediata para manifestar un total rechazo a cualquier ley que implique la “censura” de la “libertad de expresión”. Ninguna otra reforma interesó tanto a los mexicanos.

Retomo. Temas como la atracción de comicios locales, causales de nulidad, publicidad gubernamental, y los modelos legales que normarán la actividad de los partidos y las instituciones regentes, muy probablemente sean abordados en una serie de reuniones extraordinarias, en donde el partido en el gobierno buscará acotar las ambiciones que el PAN ha arrobado, al otorgarle éste un espaldarazo al gobierno federal para la novedosa apertura del sector energético.

De acuerdo a los escenarios que llevaron a plantear una reforma electoral así de ambiciosa, el PAN mantendría la postura de quitar a los gobernadores cualquier privilegio y/o forma de intervención en los órganos locales, a tal grado de descabezar completamente los Consejos Generales estatales, y buscar posicionar cuadros afines en una nueva integración de los árbitros regionales.

Del otro lado, el PRI, dentro del documento presentado para iniciar el trabajo en comisiones unidas del senado, propondrían un modelo de renovación paulatino de estos mismos institutos, con lo que respetarían los periodos para los que fueron elegidos los consejeros estatales actuales.

En este tema el PRD se ha mantenido ajeno, puesto que su objetivo es incidir de manera importante en la formulación de la Ley General de Partidos, y la consecuente modificación del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Ahora bien, de lograrse la reposición del diálogo en el Senado, durante las próximas 36 horas estaríamos en presencia de tres partidos con ofertas concretas, y sin cambios que se puedan calificar como sustanciales, del proyecto de leyes secundarias elaborado por asesores del gobierno federal, y que en estos momentos defiende el equipo negociador del priista Miguel Ángel Chico Herrera.

El interés que manifestaron el día de ayer tanto el tricolor como el sol azteca en la Cámara alta, de sentarse nuevamente a la mesa de negociación, dejaba al PAN la obligación de atender a este llamado.

Los tres partidos saben que las leyes secundarias no pueden, ni deben extenderse más allá del segundo periodo ordinario de sesiones. Esto debido a que 2014 es un año sin comicios electorales que procuren la politización de las reformas políticas, y aun más, porque el tendido de acuerdos entre ellos ha sido el suficiente como para que incluso las presidencias de la oposición hayan logrado alargar el calendario de su renovación.

Los damnificados de este cogobierno, sin duda han sido los partidos pequeños, los cuales invariablemente han sido ornamento de las tres facciones del Pacto por México. Ahí se encuentra la estrategia panista y la médula de la campaña de Gustavo Madero, quien no duda en afirmar retóricamente que lo mejor que le ha podido pasar a su partido es favorecer un tipo de gobierno de coalición, donde su partido está para vigilar de cerca al PRI de siempre.

El PANAL no ha podido reponerse del resquebrajamiento de su estructura partidista, lo que demuestra su endeble conformación como un organismo político sumamente verticalizado. El PT y Movimiento Ciudadano siguen golpeando los acuerdos para tratar de obtener presencia, sin embargo, quien obtendrá los frutos de esta práctica política será MORENA.

El Verde Ecologista, es el único partido que cuenta con un gobernador. Su línea se ha mantenido en completa concordancia con el presidente, más que con el PRI. Lo cual habrá de facilitar su posicionamiento en el diseño de las leyes secundarias de las telecomunicaciones, y políticamente buscará mantener y acrecentar su presencia en otros estados de la república.

Noticias relacionadas

*

*

Top