Buscan en hormonas femeninas el alivio al dolor crónico

Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México descubrieron que la progesterona, una hormona presente en mayores concentraciones en las mujeres, puede aliviar el dolor crónico en algunas enfermedades como la artritis reumatoide o el dolor de la neuropatía diabética causado por la sobreactivación de un canal llamado TRPV1.

Lo que inició como el proyecto posdoctoral  de la doctora Sara Luz Morales Lázaro, terminó por convertirse en un gran hallazgo sobre cómo puede modularse el dolor percibido a través del canal TRPV1, por medio de algunas hormonas producidas por el cuerpo humano y que son capaces de disminuir el dolor en el que participa este canal.

En el cuerpo humano existe una vasta cantidad de sensores moleculares que permiten percibir sensaciones como calor, frío, presión o vibraciones, y están distribuidos a lo largo de las terminales nerviosas. Estos sensores evalúan estímulos nocivos y su función es salvaguardar la vida. Sin embargo, en algunas enfermedades como la artritis reumatoide estos sensores permanecen muy activos causando un dolor crónico.

El receptor de potencial transitorio V1, también conocido como TRPV1, es una proteína localizada en la cubierta externa o membrana de  las células en el sistema nervioso central y periférico. En general, los canales ionicos regulan el paso de elementos con carga eléctrica como sodio, potasio, magnesio, o calcio al interior de las células. En este caso en particular, determinan que se activen los circuitos neuronales relacionados con el dolor.

“Comenzamos por investigar la función del canal TRPV1, uno de estos vastos sensores que tenemos en el cuerpo y que registran sensaciones especificas. Se conocen muchos componentes que activan este canal pero pocos que lo inhiben, así que nuestro propósito es encontrar qué lo puede inhibir y en un futuro ayudar a pacientes con enfermedades como la artritis reumatoide en la que este canal está sobre activado”, especificó Morales, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.

Cómo se percibe el dolor y la función del canal TRPV1

Para que la información llegue al cerebro, explicó Morales Lázaro, se requiere de sensores moleculares que perciban estímulos nocivos como por ejemplo, temperaturas elevadas o compuestos químicos irritantes. Estos sensores, como se dijo líneas arriba, se encuentran en todas las terminales nerviosas del cuerpo que transmiten la señal a través de fibras nerviosas hasta llegar a la medula espinal, situada en la columna vertebral, generándose una serie de señales eléctricas a través del sistema neuronal que se encarga de enviar la información al cerebro, una operación que ocurre en segundos.

“El canal TRPV1 se activa a temperaturas nocivas por arriba de los 42° centígrados y por la presencia de compuestos químicos irritantes como la capsaicina, –sustancia  responsable del picor de los chiles. También lo activa un compuesto lipídico llamado ácido lisofosfatídico, de hecho este laboratorio fue el pionero en descubrir que este ácido activa al canal. Este ácido es importante porque cuando existe una lesión en los tejidos el cuerpo lo produce en cantidades importantes y, al ocurrir esto, se activa el canal TRPV1 y se siente dolor. Definimos, de inicio, que la activación de este canal es un mecanismo de alerta y protección”, explicó.

Después de este hallazgo, la investigadora y su equipo pensaron en encontrar un compuesto que fuera producido por el cuerpo para aliviar el dolor crónico. Se partió de la hipótesis o suposición basada en la idea generalizada de que las mujeres sienten menos dolor que los hombres, así que realizaron ensayos de conducta en ratones de diferentes sexos.

Dichos ensayos consistieron en inyectar el activador por excelencia del canal TRPV1, la capsaicina (compuesto activo del chile), en las patas de ratones machos y  hembras. Al  lamerse la pata el animal se consideró como una respuesta de dolor. “Observamos que la hembra se lamió menos que el macho, lo cual se interpretó que sintió menos dolor. A esa hembra se le inyectó únicamente capsaicina y respondió con menor intensidad de dolor, probablemente por su mecanismo natural de defensa. Atribuimos que es el componente hormonal parte de ese mecanismo de defensa porque la progesterona está en mayor proporción en una hembra en comparación con el macho”.

El paso siguiente fue inyectar a los ejemplares de ratón macho capsaicina y progesterona al mismo tiempo y resultó que se lamieron lo equivalente a las hembras. La conclusión a la que llegó el equipo de trabajo de Sara Morales fue que la presencia de progesterona da un efecto protector natural contra el dolor causado por estímulos nocivos, precisamente lo que el canal TRPV1 detecta.

“Ahora estamos evaluando al precursor de la progesterona pues para que estas hormonas se  produzcan se requiere de la presencia de colesterol; pero hay un compuesto intermedio entre la progesterona y el colesterol que es la pregnenolona, que el cuerpo produce de manera endógena y parece también ser efectiva para disminuir la expresión del canal”.

La investigación de la doctora Morales Lázaro se ubica en un nivel de ciencia básica pero es, desde ahora, importante para la comprensión de cómo se percibe e inhibe el dolor. Por sus hallazgos y alcance de su investigación, la científica fue reconocida con una de las Becas para las Mujeres en la Ciencia L´Oreal-UNESCO-AMC 2014.

“Ya encontramos los compuestos esteroideos –hormonales– que son capaces de disminuir la expresión del canal TRPV1. Ahora queremos saber cómo lo hace. En el caso de la progesterona ya sabemos que reduce la cantidad de los canales en las terminales nerviosas pero no sabemos por qué, y en el caso de la otra hormona, la pregnenolona, se está empezando a entender su mecanismo de acción”.

Sara Morales consideró que apoyos como los de las Becas L´Oréal-UNESCO-AMC son importantes porque ayudan a realizar investigación de calidad. Los recursos que recibió están destinados a la parte final de su investigación, dedicada a entender a detalle el mecanismo por el cual las hormonas son capaces de atenuar el dolor producido a través del canal TRPV1.

Después de alcanzar dicho objetivo publicará sus resultados  en un plazo no mayor a un año en una revista de arbitraje internacional.

Sara Morales Lázaro recibirá la beca y el reconocimiento a su trabajo en una ceremonia que se realizará este lunes 3 de noviembre en el Museo Nacional de Antropología.

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