Tocado por Dios, olvidado por gobierno

Escamoles

Muchos campesinos se ayudan a mediados del año con la venta de escamoles, xumues, gusanos de maguey, nopalitos, biznagas y caracoles

Por: Jesús Martínez / fotos: Jován Martínez /Mi Tierra

Zacatal, ejido de Santiago, Pinos, Zac.- Estas tierras están benditas por Dios, pero su gente está olvidada por sus autoridades. Existe carencia en obra pública y salud principalmente. Subsisten de la agricultura de temporal y solo se observan dos tractores, los demás agricultores siguen utilizando la yunta para labrar sus tierras.

Según el último censo, existen unas 80 viviendas y cerca de 350 pobladores, la mayoría son gente adulta. Solo un 30 por ciento son menores de edad.

Doña Leónides Rodríguez, gente originaria del pueblo y líder indiscutible, relata desde atrás del mostrador de su humilde tienda, que la tierra y el cielo de la comunidad es muy generosa por todo lo que les ofrece, que además de la agricultura pueden tener otros ingresos de la recolección de insectos comestibles como el escamol, gusanos de magey, xomues y caracoles de río.

Asegura que ahí inició la “pepena” de los escamoles, desde hace 25 años cuando llegaron un par de “chilangos” al pueblo para sacar los primeros huevos de hormiga. De esa fecha, la gente de la comunidad y de varios ejidos de alrededor se dedican a esa actividad.

Esta tierra es generosa, sobre todo por los magueyes que existen, pues les proveen de varios recursos naturales.

Por desgracia no todo es bueno, porque la mayor parte de la población, un 80 por ciento se dedica a la agricultura de temporal, el resto al ganado. En estas tierras del Zacatal solo dos tractores se ven trabajando, los demás campesinos tienen que utilizar las yuntas para labrar sus tierras.

Sus calles carecen de pavimento, el alumbrado público –el poco que existe- es deficiente, “solo cuatro lámparas prenden”. No se cuenta con drenaje, todos tienen fosas sépticas, platica doña Leónides, al momento de destacar que siempre se han pedido apoyos al gobierno, pero siempre han sido ignorados por las autoridades.

Del centro de salud que se encuentra, comenta que el médico se para una vez al mes, “cuando bien nos va”, dice.

Cuando existen emergencias la población tiene que salir a Salinas o, en su defecto, a la cabecera municipal para recibir atención médica.

Un kínder, una escuela y secundaria cobijan la educación de los niños de la comunidad.

Se quejan también que van varios años que la gente de la comunidad no ha sido beneficiada con el programa de Progresa, que es indispensable para generar algo de recursos entre una población que es de bajos recursos.

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