El café no es para siempre

Distribución global de la roya del café en 1952. El mapa también refleja la distribución global de la producción del café Arábiga y Robusta, los países a la izquierda de la línea producían el primero mientras que la mayoría de los países a la derecha producían el segundo. Imagen: Cortesía del investigador.

Distribución global de la roya del café en 1952. El mapa también refleja la distribución global de la producción del café Arábiga y Robusta, los países a la izquierda de la línea producían el primero mientras que la mayoría de los países a la derecha producían el segundo. Imagen: Cortesía del investigador.

Zacatecas, ZAC.-El cambio climático y la inestabilidad económica han sido dos factores clave para que en los últimos años la roya del café, Hemileia vastatrix, se convierta en un problema para los caficultores a nivel mundial, de acuerdo con Stuart McCook, de la Universidad de Guelph.

El investigador, quien impartió un seminario en la Facultad de Ciencias de la UNAM como parte de las actividades del Laboratorio de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología, coordinado por la doctora Ana Barahona, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, indicó que desde 2008 en diversas regiones caficultoras de América han surgido brotes importantes de la roya cuyas pérdidas se han estimado en 30% en Colombia, 39% en Perú, 46% en México y 57% en El Salvador.

“Estos brotes han revelado la debilidad a la que se enfrenta la producción del café en la región, pues leves variaciones climáticas han provocado la aparición de nuevos brotes en zonas donde antes la convivencia con el hongo no representaba grandes pérdidas. Además, la volatilidad de los precios ha impedido que los productores mantengan un régimen de control adecuado en los campos de producción”, dijo.

McCook presentó su trabajo de investigación que se ha centrado en la historia ambiental de esta enfermedad que tuvo su primera epidemia en 1869 en la isla de Ceilán, hoy Sri Lanka, en donde se cultivaba el café Arábica, Coffea arabica. “Para 1885, la roya había acabado con la industria cafetalera de la isla, infestando a partir de ese momento y hasta 1970 todas las zonas cafetaleras de Asia y África”, señaló el investigador.

El hongo

La roya del café es un hongo parásito del cafeto. Sus esporas se pueden dispersar por el viento a miles de kilómetros de distancia, pudiendo alcanzar más de 1 000 metros de altura. «Uno de los efectos de la roya es la perdida de las hojas en las plantas del café, conocida como defoliación, el hongo se dispersa por medio de esporas que germinan en presencia de agua y se introducen en la estructura de la hoja para nutrirse de ésta, un científico británico la describió como el vampiro del cafeto». 

Esta enfermedad impulsó un gran desarrollo científico y tecnológico para encontrar fungicidas que controlarán al hongo, así como variedades que fueran resistentes a la roya, “tal vez el gran logro de la ciencia, a inicios del siglo XX, fue el descubrimiento y la posterior distribución del café Robusta, C. Canephoravariedad Robusta, que posee una gran resistencia al hongo, pero que tiene muy mal sabor”. 

Gracias a la dispersión de esta variedad, surgió de manera espontánea el Híbrido de Timor, una mezcla entre el café Arábica y Robusta, que tiene algunas características del primero y la resistencia a la roya del segundo. Este hallazgo permitió iniciar una línea de investigación ligada al fitomejoramiento del café con el fin de encontrar variedades que tuvieran mejor sabor y resistencia a la enfermedad.

La roya en América

La roya cruzó el océano Atlántico y se detectó por primera vez en nuestro continente en la región de Bahía, Brasil en 1970. Aunque históricamente no se tiene certeza sobre cuál fue la vía de ingreso es probable que fuera llevada desde Costa de Marfil o Angola por los vientos transatlánticos, o bien por actividades humanas. Para 1981, la roya llegó a la región del Soconusco, Chiapas en el sur de México.

Durante los años siguientes, los efectos de la roya en América no fueron devastadores gracias a los apoyos financieros provenientes de instituciones públicas y al control de los precios del café en el mercado internacional, lo que permitió la tecnificación de los campos por medio del uso de paquetes tecnológicos que incluían el uso de fungicidas y variedades de café resistentes al hongo. En la década del 90, se liberaron los precios del café, se redujeron enormemente los apoyos gubernamentales y desaparecieron varias instituciones de la región que apoyaban al sector.

Estos cambios sociales, políticos y económicos ligados a cambios en las condiciones ambientales, han producido nuevos brotes de roya que de acuerdo con McCook ponen a los productores en una encrucijada similar a la de la Reina Roja del libro Alicia a través del espejo de Lewis Carroll, “tenemos que correr para al menos mantener la producción, si queremos aumentarla o mejorar las condiciones debemos de correr el doble”.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), México se enfrenta a un declive en la producción desde 2012, ligado principalmente a los brotes de roya. En el periodo 2015-2016 la producción fue la más baja registrada en 20 años, nuestro país pasó de ser el cuarto productor a nivel mundial a finales de los 80 a ser el undécimo en 2017.

Todo este escenario lleva al investigador a concluir que si realmente queremos café para siempre “la investigación debería centrarse en desarrollar estrategias de control que requieran insumos de bajo costo, continuar la búsqueda de variedades resistentes, incorporar nuevas formas de agroecología que incluyan control biológico y fungicidas naturales y el apoyo de los gobiernos para los pequeños y medianos productores”.

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