Educación migrante contra los fraudes y abusos

Por: J. Gustavo Castañón C.

Zacatecas, Zac.- La transmisión y aplicación de conocimientos relativos a nuestra binacionalidad es un terreno en ciernes y apenas explorado fuera de los muros de la academia universitaria. Paradójico, si tomamos en cuenta que se cuenta con una tradición migratoria que supera el centenar de años. Leyendo el artículo El fin de la Universidad de Ricardo Ferret en la edición mayo – junio 2019 de la revista Forbes México, se advierte de la caducidad de un modelo educativo a nivel superior. El autor considera propiciar un modelo que desarrolle “las capacidades que son las que los harán productivos, autosustentables, buenos como seres humanos y que resuelvan problemas que la sociedad actual enfrenta”.

Aplicándolo al tema binacional. Cómo buscar, no sólo brindar información y orientación al migrante y su familia desde el sector público como el ente obligado, sino la aplicación de un modelo que permita la asistencia y el apoyo con un enfoque de transmisión de conocimientos que propicie, precisamente, la autosustentabilidad en la resolución de las necesidades actuales derivadas del fenómeno migratorio.

Ferret expone la incorporación de modelos de enseñanza que integren tecnología, colaboración y práctica para desarrollar el pensamiento crítico. Es impresionante darnos cuenta que muchos de los que viven la binacionalidad en nuestro estado, no se encuentran familiarizados con procesos tan simples y necesarios como el trámite de un pasaporte mexicano, el proceso para la doble nacionalidad o el procedimiento para tramitar una visa. Es decir, entendemos perfectamente que la comunidad se divide en sectores socio-económicos, cada uno definido en su estructura de preparación académica, de acceso a medios, de contexto geográfico, cultural y, por supuesto, del interés de aprender y contar con quien le enseñe.

Hemos visto con agrado y de modo esperanzador, la inclusión a las nuevas tecnologías de amplios sectores poblacionales, desde habitantes de fraccionamientos o colonias urbanizadas, hasta localidades o rancherías de diversos municipios que han ido aprendiendo su uso paulatinamente. Observamos a jóvenes, niños o adultos mayores, muchos de ellos con apenas educación básica, en uso y aprendizaje de las redes sociales en Facebook o WhatsApp para poder cubrir su necesidad de comunicación.

Por lo mismo, esta adaptación hace factible que también se puedan adquirir otros conocimientos que le sean de interés. Sería posible el desarrollo de políticas migratorias municipales enfocadas no sólo a ser asistenciales en su sentido más arcaico y limitativo, si no en el empeño de convencer al ciudadano de su capacidad de aprender, con paciencia y dedicación, de lo básico sobre trámites y procesos migratorios que requieren, por lo menos los más recurrentes. A “desarrollar sus capacidades que los hagan autosustentables”.

Al momento de realizar una cita de pasaporte vía telefónica al 01-800 de la Secretaría de Relaciones Exteriores una grabación indica que las citas son gratuitas y que no se deberá realizar cobro alguno por el uso de ese servicio, que en caso de que se solicite algún pago se dé notificación. Pero sabemos perfectamente, que un gran número de personas requieren de terceros para agendar sus citas y que éstos les cobran tarifas que van de los $50, $100 o más según la ética del que las realiza.

Si bien es verdad, que para el proceso de visa americana, un gran número de solicitantes debe trasladarse al Centro de Atención a Solicitantes y Consulado Americano más cercano a su lugar de residencia, las ganancias de cada establecimiento dedicado a “asesorías, citas y viajes a los consulados”, tienen márgenes de ganancia de hasta 200 por ciento por cada solicitante. Cierto que la mayoría requiere el apoyo o asistencia para llenado de solicitudes, programación de citas o pago de tarifa consular, pero no es nada que requiera especialidad o estudios profesionales para hacerlo. Muchas personas que ya han usado de estos establecimientos, estarán de acuerdo en que no los atendió personal “altamente calificado”. Pero al no haber regulación, los cobros son a discreción total de estos “negocios”. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 5o manifiesta: A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos (…) Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución . La pregunta es ¿Qué entienden ellos como justa retribución?

Nadie debería retener una parte o porcentaje de una pensión de seguro social americano adjudicada a una persona en México, argumentando que fue su logro o gestión. La pensión americana es un derecho del huérfano, pensionado o viuda si éstos cumplen con los requisitos de la Ley. Y la orientación sobre lo que la ley exige y el proceso para solicitarla no requiere tampoco de especialidad o pericia en particular que justifique la retención o cobro indiscriminado de aquel que le apoye.

Si se pudiera sembrar la semilla de la educación migrante para adquirir las bases mínimas de conocimientos, reduciríamos significativamente que la gente siguiera creyendo y pagando por visas de trabajo o turista ofertadas y prometidas como “aseguradas”. Tan es así, que si una persona califica en el consulado americano su visa, califica éste por su propio perfil, no por intermediación de nadie. Califica por desempeño en entrevista y valoración particular. Cómo es posible que se atreva un “abogado” o “asesor” a convencerle de que fue por él o ella que se la emitieron y con descaro y cinismo solicite 15,000 o 20,000 pesos por documento calificado. Casos muy recurrentes.

Profesionalizarse en el tema migrante y pretender encontrar en la binacionalidad un espacio de desarrollo laboral es legítimo. Pero si la comunidad estuviera mínimamente preparada sobre estos temas expuestos, podría ya no depender de lo que la oferta quiera cobrar, sino condicionarla para que fuera realmente benéfico para ambas partes.

Educación migrante para todos. ¿Cómo iniciar? En cada uno de nosotros como ciudadanos exista esa iniciativa. Cada uno se puede convertir en promotor voluntario con su familia, con sus vecinos. Aquellos que han aprendido de a poco, pudiesen transmitir su experiencia, ayudar al otro en espera de que el Estado evolucione su política municipal migratoria para incluirse en un mundo cada vez más globalizado, tecnológico, participativo.

Concordando con Ferret, ya no es suficiente dar un folleto y pretender hacer todo por aquel que llega a pedir información. Es menester convertirse en un facilitador de conocimientos, en impartidores de talleres proactivos que ayuden mediante la práctica a que el ciudadano adquiera, de a poco, las herramientas que permitan la asimilación de esta binacionalidad. Somos un estado y un país con profunda tradición migratoria. Podemos convertirnos en un modelo de integración positiva de este fenómeno social que tanto nos ha dado y al mismo tiempo, quitado.

Whatsapp 492-1189458 / apoyoalmigrantezacatecas.com

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